El alemán Sebastian Vettel ganó ayer en magnífica forma el Gran Premio de Brasil de Fórmula Uno y, de esa manera, postergó la definición de la corona mundial de pilotos.
El líder del certamen, Fernando Alonso (Ferrari), llegó en el tercer lugar, precedido por el coequipier de Vettel, Mark Webber, quien, al igual que su compañero de equipo, mantiene intactas sus posibilidades e ilusiones de poder coronarse.
Con este 1-2 logrado por Vettel y Webber, la escudería Red Bull se adjudicó anticipadamente el Campeonato Mundial de Constructores.
La expectativa y el interés por saber qué podía pasar con el sorprendente Nico Hulkenberg, que había logrado la pole position el sábado de tarde con su Williams, desaparecieron rápidamente, a tan sólo unos pocos metros de la largada, cuando Vettel lo superó limpiamente. A partir de ese momento, el joven alemán se apoderó del liderazgo para ya no abandonarlo más, logrando de esa manera una categórica victoria que le permite cobrar nuevos bríos en su lucha por el campeonato.
Una lucha en la que los dos pilotos de Red Bull están enfrascados duramente, en una muy particular porfía interna del equipo. Un equipo que ha dado claras señales de no tener favoritismo para ninguno de sus dos pilotos, muy al contrario de lo que ha acontecido con Ferrari, donde Alonso es el privilegiado y Felipe Massa el segundón. Así aconteció en Alemania cuando el brasileño tuvo que dejar ganar al español por orden directa del equipo.
Alonso quedó ahora con ocho puntos de ventaja sobre Webber y 15 con respecto a Vettel. Lewis Hamilton perdió terreno y está a 24 unidades del líder. El próximo domingo en el circuito de Abu Dhabi se definirá finalmente la corona.
Vettel. "Con 15 puntos de diferencia es posible ser campeón".
Ovación
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