Un 30 de julio de 1930 la celeste vencía a Argentina por 4 a 2 y se consagraba como el mejor equipo del mundo, en el primer Mundial de la historia, organizado en nuestro país.
Como sucedió en Sudáfrica- en especial en el partido ante Ghana- Uruguay debió recurrir a su mística y a su garra para dar vuelta una final complicada, comenzando a forjar la grandeza del fútbol uruguayo.
Es que en el entretiempo Uruguay perdía 2 a 1 ante Argentina, en una final peleada y jugada ante un Centenario colmado, con más de 100.000 espectadores.
En el complemento, la celeste debió pelear hasta el final para conseguir tres goles que le permitió dar vuelta la historia y consagrarse por 4 a 2 como el primer campeón del mundo.
El Presidente de la FIFA, Jules Rimet, entregó el trofeo "Victoire aux Ailes d´Or", una estatua de 30 cm de altura, fabricada en oro y con un peso de 4 kg, al capitán uruguayo, José Nazassi.
Según recuerda la página oficial de la FIFA "las celebraciones se prolongaron en Montevideo durante varios días y varias noches y el día después de la victoria, el 31 de julio, se decretó fiesta nacional".
"¡Ya estaba en marcha el torneo más prestigioso del fútbol mundial y había quedado oficialmente proclamado el carácter universal de este deporte!", consigna el mismo reportaje.
En total, participaron 13 equipos en un torneo que se desarrolló entre el 13 de julio y el 30 del mismo mes. Uruguay fue el campeón y Argentina el segundo. El podio lo completó, curiosamente, Estados Unidos.
El cuarto en tanto fue Yugoslavia y el Bota de Oro el argentino Guillermo Stabile.
Hoy, estando entre los cuatro mejores del mundo después de mucho tiempo, estas fechas se vuelven a recordar con la alegría que merecen.
Ovación Digital
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