Esta nueva edición del Gran Premio José Pedro Ramírez (G.I) tuvo algunos puntos en común con la anterior. Al igual que aquella, donde había ganado Relento, la carrera deparó la victoria de un Pura Sangre nacido en Brasil que fue recriado en Uruguay desde temprana edad y que al cierre de las apuestas era el que contaba con la mayor cantidad de boletos. Seguramente, al comienzo de 2009 pocos podían imaginar este feliz inicio de temporada para Sing-A-Song, tras quedar en el debe en el Ramírez anterior y luego de hacer la rentrée al cuidado de Pedro Hernández con un aceptable cuarto puesto en el Municipal.
Acto seguido, su imagen volvió a desdibujarse en el clásico Las Piedras. Fue entonces el momento de barajar y dar de nuevo, de hacer un paréntesis y luego regresar a las condicionales para recobrar la confianza perdida.
EVOLUCIÓN. De esta manera, con pasos cortos pero seguros, el hijo de Wild Event fue recuperando prestigio y ganando adeptos de cara a su inminente regreso al plano jerárquico. El resto también es historia conocida. Ganó el De Honor y el Pellegrini y dejó pasar el Comparación, sabiendo que ya había hecho méritos suficientes como para ganarse la chapa de candidato para la tarde de Reyes.
En definitiva, ayer el defensor del stud Rincón de España no hizo otra cosa que repetir lo hecho en sus más recientes muestras. En el comentario previo de Ovación se hacía referencia a que si lo lograba, tenía ganada gran parte de la carrera. Y así lo hizo.
Utilizando la táctica de sus últimos triunfos, el nieto materno de Stuka vino de menos a más durante el desarrollo, acercándose a la zona caliente del cotejo en forma paulatina, sin prisa pero sin pausa. Allá por los 1.400 se dejó ver con claridad, al pasar al cuarto puesto y quedar a tiro de Bien Toi, mientras metros más adelante Escolaso y Relento se disputaban valientemente el liderazgo de la prueba.
Su escalada continuó y ya en los ocho estaba tercero solo, hostigando a los punteros y alimentando la ilusión de sus allegados. Después en la recta, pasó al frente temprano, mientras Relento mermaba y Escolaso apelaba a su enorme corazón y le planteaba lucha.
Pero el héroe del Nacional no pudo con él y a falta de 300 metros para el disco, Sing-A-Song quedó a las puertas de su victoria más importante. En el final, apareció Desconfiado para cuestionar la supremacía del favorito, pero su temible avance no alcanzó para dar vuelta ese resultado que todos esperaban; mientras Escolaso le tapaba la boca a los que lo creían muerto y completaba la trifecta delante de Relento.
Ovación Digital
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