STONER SE QUEDÓ CON EL GP DE CATALUÑA

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La carrera de MotoGP de Cataluña no pasará a la historia. Duró seis vueltas. Las que necesitó Casey Stoner para imponer la monotonía y marcharse sin que nadie pudiera seguirle. El australiano logró su segundo triunfo en el circuito catalán, su vigésimo sexta victoria en la categoría reina. Se coloca a siete puntos del liderato que ostenta Jorge Lorenzo, que ayer volvió a salvar los muebles con una digna segunda plaza, seguido de su compañero de equipo Ben Spies, que por fin supo lo que es subirse a uno de los escalones del podio.
Todos los alicientes que precedieron al inicio del gran premio se difuminaron en apenas ocho minutos. El morbo de ver a Simoncelli el primero en la parrilla quedó en un segundo plano nada más apagarse el semáforo en rojo. El italiano hizo una salida patética que le retrasó hasta la sexta plaza y nunca más se supo de él. Y es que, por no haber, no hubo casi ni adelantamientos. El de 'aussie' al balear al final de recta y un toma y daca entre Rossi y Dovizioso que cayó del lado del piloto de Honda. La incertidumbre se concentró en esos seis primeros giros.
El mallorquín se puso primero y, vistas sus limitaciones de motor, quedaba por ver cuánto aguantaría. Stoner lo rebasó a las primeras de cambio y comenzó a interpretar su particular sinfonía. Su Honda está perfectamente afinada y va como un tiro. Y con la ausencia de Pedrosa, la partitura estaba escrita.
Lorenzo trató de seguirle a base de arriesgar. El australiano montó un neumático duro detrás y necesitaba tiempo para calentarlo. El español tenía uno más blando, por lo que tampoco le costaba tanto mantener la estela. Pero el simulacro de duelo duró lo que tardó en imponerse la evidencia. A falta de 19 vueltas para la conclusión, el ganador ya llevaba un segundo de ventaja. A partir de ahí, sólo fue cuestión de dejar pasar las vueltas. Únicamente un error podía deparar algo de emoción, pero el 'aussie' últimamente destila bastante seguridad. Está muy a gusto encima de su máquina. Y la Honda responde. En uno de los momentos clave de la temporada, cuando el Mundial afronta uno de sus tramos decisivos con seis carreras en los próximos ocho fines de semana, el australiano huele de cerca la primera plaza de la clasificación.
Regularidad
Yamaha no ofrecerá una evolución del actual motor a Lorenzo hasta Brno -14 de agosto- y el balear es consciente de que le toca sobrevivir. Ayer lo demostró. Aunque no se puede ganar hay que recurrir a la regularidad para sortear el chaparrón. Ese que ayer parecía que iba a caer sobre Montmeló a falta de 13 giros para la conclusión, pero que se quedó en unas gotas. Hasta tal punto estaba el cielo negro, que la dirección de carrera ondeó la bandera blanca -que autoriza al cambio de moto con gomas de agua-. Aunque sólo fuera por cuestiones externas, parecía que quedaba un halo de esperanza para tratar de imprimir algo de adrenalina a las gradas casi repletas del circuito. Pero ni la meteorología quiso adquirir protagonismo. Los pilotos aguantaron con los secos porque lo que cayó sobre la pista no fue más que un amago de chubasco que dejó las cosas tal y como estaban.
Nadie se inmutó a pesar de un segundo amago del cielo poco más tarde y de tener la segunda moto preparada en el box. Stoner bajó un poco el pistón, pero visto que la pista seguía seca, volvió a disfrutar. A degustar sorbito a sorbito su tercer triunfo de la temporada. Sin que nadie le inquietara ni le pudiera discutir nada. Lorenzo tampoco vio amenazada su segunda plaza porque, para entonces, Spies estaba ya a un mundo.
Mala jornada para el resto de los españoles. Héctor Barberá, Álvaro Bautista y Toni Elías cerraron una clasificación con tan sólo 13 pilotos, porque a la baja de Pedrosa se sumó la de Edwards, que quiso correr pero los médicos no le dejaron.
Eldiariomontanes.es

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