BARÇA VENCIÓ 2 A 1 AL ATLÉTICO Y CLASIFICÓ

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Acostumbrado a pelear, el Barça no pierde ni cuando puede permitírselo. Juegue quien juegue, el equipo de Guardiola nunca dobla la rodilla por más que tenga la vida resuelta como esta noche en la Copa. Por cuarto partido consecutivo, ha volteado un marcador en contra como si se sintiera obligado a salvar el honor cuando ya nadie lo cuestiona. Bojan y Gudjohnsen han acabado con el cosquilleo del Atlético, un equipo que vive en la otra punta del mundo, con la autoestima por los suelos.Guardiola ha seguido en su línea de romper tabues. Los jugadores han llegado hora y media antes del partido. Unos subieron al palco, otros se sentaron en el banquillo, entre ellos Messi, y el resto, a jugar. Total, nueve cambios con respecto al equipo de Pamplona. Lo nunca visto. Defensa inédita, con el regreso de Márquez, ataque inédito, y una vez más la promesa cumplida de que aquí hay tiempo para todos. Por más que el 1-3 invitaba a pensar que no había nada que temer, el Atlético nunca es de fiar. Es un agitador, para lo mejor y para lo peor. Aguirre no está para más ridículos y, hoy sí, ha recurrido al Kun para cubrirse las espaldas y por si sonaba la flauta. Al final, le ha salido rana y lo ha pagado caro. Agüero ha acabado saliendo del campo en camilla. Se ha lesionado solo.Pero no ha salido a por una remontada desesperada. Ni hablar. Se ha quedado con el culo echado atrás y listo para atacar por la espalda. Ha salido también a repartir leña, con entradas que van más allá de la dureza y entran en el terreno de la mala fe. Y cuando vuelan coces casi todas van a parar a Busquets, que no hay partido que no salte por los aires. Alves no hay partido que pare quieto. Qué barbaridad. Qué manera de correr, de subir y bajar, de ir de un lado a otro, incansable, cada día más barato si es que hay alguien que todavía recuerda cuánto costó. No tiene precio.El Barça ha apretado al principio y ha dejado de hacerlo con el paso de los minutos, víctima entre otras cosas de la falta de continuidad en el juego y de un creciente desorden, tanto a la hora de presionar como a la hora de mover el balón, con Iniesta desconectado y Gudjohnsen muy perdido. El Atlético tampoco inquietaba pero en una falta Sinama se ha anticipado a Pinto en el salto y ha marcado el 0-1. Es el talón de aquiles del Barça, las jugadas a balón parado, el origen de tres de los cuatro goles que ha encajado en los dos últimos partidos y, tal vez, consecuencia de la defensa en zona.La inquietud ha durado un santiamén. Bojan, al fin, ha encontrado lo que llevaba tiempo buscando y tanto necesitaba. Y de cabeza. Después de casi dos meses sin marcar, el joven ha acabado con esa ansiedad que le persigue y ha dado aire al equipo. Después, ha tenido alguna ocasión más, pero le ha faltado la natural frescura del año pasado, cuando parecía jugar menos presionado. El valor del empate hay que repartirlo con Sylvinho, el honesto Sylvinho, que se ha sacado un centro excepcional.Los culés podían estar tranquilos. Todos menos Martín Cáceres, que ha cometido dos errores terribles. Dos fallos de gol. Entre Pinto y Márquez, sobre la misma línea, han evitado el 1-2. Lejos de castigarle, el Camp Nou lo ha pasado por alto, en una muestra más del buen rollo que se vive en el Barça. Guardiola también lo ha mantenido hasta el final, y el uruguayo ha acabado reponiéndose. El balón le perjudica, pero su velocidad le ha birlado un balón de oro al Kun. También Gudjohnsen ha reparado su gris actuación con el remate que ha dado el triunfo. Solo ha tenido que rematar porque el gol lo fabricó el mago Andrés. Iniesta, por supuesto.Y hasta ha habido tiempo para que saliera a escena Messi, coreado por el público con el entusiasmo que se siente al tener al mejor, por más que Cristiano Ronaldo luzca esa corona. Un par de zig zags valen por toda una noche. El peligro es que no todo el mundo lo acepta. Hoy ha sido Perea quien ha salido de caza. Y mañana será otro. El talento no se tolera.

fuente: elperiodico.com

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